Por Francisca Olivares C.

[extracto de Revista COSAS]



Los artistas Felipe Oyarzún, Beatrice di Girolamo y Ana Catalina Vicuña están exponiendo en la galería Patricia Ready. Cada muestra es individual, pero con la circunstancia que están unidas por el mismo espacio y la pasión por el arte abstracto.


La galería Patricia Ready se impone por su construcción, moderna arquitectura y las propuestas genuinas que se están llevando a cabo en su interior. Pinturas y esculturas confluyen en este espacio, emplazado en un terreno de dos mil quinientos metros cuadrados en la esquina de Espoz con Narciso Goycolea, para exhibir los lenguajes que están emergiendo en la actualidad, siendo ejemplo de ello las tres muestras paralelas de arte abstracto que está presentando. “Duelas”, de Beatrice di Girolamo; “Cosmogonía”, de Felipe Oyarzún, y “Mente Serena”, de Ana Catalina Vicuña.

Aunque cada una es absolutamente de carácter individual, en su contexto general se unen por la abstracción y porque los tres exponentes se formaron bajo el alero del diseño, y de cierta manera, se refleja en ellos lo meticuloso, la pulcritud y la precisión al abordar sus particulares temáticas, investigaciones, emociones y encuentros.

Ana Catalina Vicuña es diseñadora de la UC, trabajó dos años independiente hasta que se fue a vivir con su marido a Nueva Zelanda. Aunque el arte y la estética en todas sus dimensiones siempre la influyeron, fue en ese país donde tuvo la oportunidad de estar más sola y retirada, por lo que inició su paso a la pintura abstracta y a la fascinación por el “puro color”.

Mark Rothko, Agnes Martin, Hundertwasser y Francisca Sutil, dentro de la escena nacional, son sus inspiraciones. “El maestro que tuve en Nueva Zelanda fue el holandés Rudolf Boelee y él me fue introduciendo a nuevos referentes como Agnes Martin, artista canadiense que relaciona el arte con la búsqueda espiritual, como una forma de trascender. También de Hundertwasser aprendí que no vamos a descubrir algo completamente nuevo, sino que el arte es como una posta, en otros tiempos otros pensaron exactamente lo mismo, y yo lo recibo hoy. Ojalá que lo mío le haga clic aunque sea, a una persona”.

Su primera exposición fue en 2004, en el Arts Centre de Christchurch, Nueva Zelanda, y desde ahí comenzó a trabajar con las series. En su actual muestra, “Mente Serena”, también se produce que de cada obra nace la siguiente. “A mí me interesa que el proceso sea importante. Llevo un año y medio en esto, intentado encontrar momentos de paz”.

Sus trabajos son en acuarela, algo que parece que complicara aún más la búsqueda de la perfección dentro de una realidad que de por sí no lo es. “Lo que yo busco, pese a lo difícil que es trabajar con acuarela, es un resultado limpio. Por eso uso una retícula (la rejilla que hago en grabado ) es como un cuaderno de matemáticas.” Un método que habla de su disciplina y de lo delicado que es su proceso de trabajo, el cual –en compañía de las otras dos muestras paralelas- se une hacia la abstracción, encaminando al visitante a un viaje que de todas maneras lleva a la esencia, ya sea de uno mismo o del arte en sí.






Revista COSAS
Junio 2009 / Chile



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